Un mercado que se profesionaliza tras años «en los que cualquiera se hacía promotor»

Desde Insur, sin embargo, advierten de que también hay promociones «con una inflación de precios» que suponen «un riesgo» para el sector. Torres sostiene que una de las claves para generar confianza entre los clientes «es atender a todos los acreedores, bajo cualquier circunstancia», algo que considera «básico» en la supervivencia de Insur, y reclama mayor agilidad en los trámites administrativos: «Los tiempos son muy importantes en los desarrollos inmobiliarios y hay un exceso de regulación que en ocasiones alargan los trámites durante años, algo que acaba siendo insostenible».

El sector del lujo, que apenas ha padecido la crisis, también basa su éxito en la profesionalización de las operaciones ahora que ofrecer un valor añadido a la comercialización resulta clave para que los clientes se decidan a adquirir o no una vivienda. Las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental en la revolución que atraviesan las herramientas de promoción. A los clásicos planos, las fotografías y las maquetas se unen ahora la realidad virtual para visualizar inmuebles antes de ser construidos, las presentaciones en tres dimensiones o las aplicaciones para el alquiler. Desde Engel & Völkers, una de las compañías líderes a nivel mundial en la intermediación de inmuebles residenciales y comerciales de lujo, reconocen que antes de la crisis «todo era más arbitrario». Mario Garnica, responsable de la oficina que la multinacional tiene en Málaga capital, recuerda que los clientes llegaban «en cuanto se ponía la lona, casi sin trabajo», una situación que ha cambiado desde la crisis.

Un 25 por ciento de las viviendas vendidas por Engel & Völkers en Málaga en 2017 tenían un coste superior a los 700.000 euros, lo que demuestra el arraigo en la provincia del sector del lujo, «antes casi inexistente o reducido a las zonas más privilegiadas, como Marbella o Estepona». Garnica considera que «la marca Málaga ha sabido venderse muy bien y atrae cada vez a más clientes». Así lo demuestra el hecho de que su empresa haya registrado un crecimiento cercano al 20 por ciento en el último año, con un precio medio de 450.000 euros por vivienda y un aumento de la facturación de un 30 por ciento, cifra que prevén que aumente hasta el 40 por ciento este ejercicio.

Desde la financiación hasta la promoción de la vivienda, el sector inmobiliario atraviesa cambios profundos que desde hace tres años hasta ahora se han traducido en un crecimiento constante no exento de dudas: ¿Podrá el mercado sostener la subida de los precios?, ¿cómo afectarán estos incrementos a las familias, que no han visto aumentados sus salarios? Los nuevos retos inmobiliarios ya están aquí.